NUEVOS VALORES

 

 

SOCIEDAD PRESENTE, SOCIEDAD FUTURA

TRANSFORMACIÓN DE VALORES

 

 

 

Existe en este momento en la Tierra un tipo de sociedad que ustedes llaman “democracia” donde se busca el respeto a unos derechos fundamentales, aunque muchas veces no se cumplan. En época del pasado no existía eso. Los grandes príncipes o jefes tenían el poder, ya que tenían grandes ejércitos para servirse de todas las personas sin respetar su dignidad. Todas las leyes divinas que fueron dadas fueron mal interpretadas, adulteradas. En aquella época no se respetaba la dignidad del ser humano. Y ¿qué es la dignidad al respeto del ser humano? Es el respeto a amar su libertad y no ser utilizado como un objeto. Es no ser explotado como un número; no ser sometido a algo que no está dispuesto a realizar la persona. Es el hecho de no ser transformado en un mensajero de la muerte; una persona que mata por obligación. La dignidad del ser humano debe ser siempre respetada. Significa respetarse a sí mismo como un templo de Dios, del Ser y a la vez respetar a los demás.

 

Entre las leyes que rigen en el proceso evolutivo del hombre, está el respeto a la vida y a la naturaleza. Eso significa no destruir naturaleza y animales sino es  por necesidad. Sin embargo, el ser humano en este momento, destruye a los animales por placer, los caza sin necesidad y destruye la naturaleza simplemente por la conquista del dinero. Ha atentado contra esos dos principios. Ha realizado experimentos con virus  en las personas comunes. Ha generado enfermedades que no tendrían que existir. Los laboratorios  multinacionales promueven ellos mismos enfermedades para obligar a las personas a consumir sus productos. A  través del dinero y de los medios de comunicación, se le manipula al hombre con la enfermedad, con sus creencias y sus costumbres, etc. con la intención de que el ser humano no adquiera su conciencia autónoma.

 

En tiempos pasados la pareja o la familia era también una realidad muy diferente a la de ahora. Existían muchos tipos de familia. En épocas pasadas existían procesos de sociedad muy polígamas. Había grupos humanos polígamos donde existía el respeto a la mujer y había otros grupos donde, por el contrario, las mujeres eran compradas y vendidas como objetos. En aquellos momentos evolutivos se instauro la familia como un núcleo social donde fuera respetada la dignidad de la mujer. Sin embargo tampoco eso se cumplió. La familia debería de existir como un núcleo de convivencia que posibilite, de forma armónica, el desarrollo de la dignidad de la mujer.

 

El periodo humano se caracterizo también porque  los seres deberían aprender a vivir en núcleos de convivencia, necesarios para su sobre vivencia. Sin embargo, eso  degeneró en lo que son las ciudades ahora. Esto fue  promovido por los grandes intereses económicos e industriales de fin de siglo que produjo la emigración a las ciudades debido a la oferta de un lujo, de un confort. Los núcleos autónomos de ciudades pequeñas donde existía aun un pequeño contacto con la naturaleza, se transformaron después de estos últimos años en grandes monstruos urbanos donde la gente no se conoce, donde no hay comunicación, donde no hay contacto casi con la naturaleza, donde todo esta fundamentado en el control de horario, etc. De esta forma se atento contra otro principio que es el que el humano, para mantener su equilibrio,  debe vivir unido en integración con la naturaleza  y  con las personas que hay a su alrededor. En estas ciudades tan monstruosas no hay conciencia comunitaria; conciencia de grupo. Tampoco eso  estaba previsto  en la evolución de la humanidad.

 

La conciencia comunitaria, grupal mínima dentro del núcleo familiar es lo que se ha perdido también. Con esto se ha atentado con otro de los principios que es el principio de la comunidad de familias, los pueblos, las villas, los núcleos pequeños que vivían en integración con la naturaleza. Con los grandes monstruos urbanos se ha generado un aislamiento casi total. Por otro lado, se  crearon núcleos de comunicación espiritual que dieron nuevos conceptos espirituales.

 

Hace 2000 anos cuando vino el Maestro Jesús, se estipulo y se lanzo el espíritu comunitario. Se sembró el espíritu de que Dios ama a  todos los pueblos, a todas las naciones. Que no hay diferencia de razas, ni una nación es mejor que otra; todas las razas son iguales antes Dios y que todos somos hermanos. Jesús  estimuló el desarrollo de núcleos comunitarios; las comunidades cristianas de base, las comunidades originarias en el auténtico estilo Esenio. En verdad, la escuela esenia se transformo en la escuela cristiana, que en los siguientes milenios vivió para desarrollar todos los impulsos del maestro Jesús: el amor a todos los pueblos, a todas las razas, a todas las culturas, mas allá del sexo, mas allá  de creencias, del estatus social, de conceptos filosófico-religioso etc. Ese espíritu de fraternidad y comunitario fue alterado, limitado y corrompido creándose una estructura religiosa al estilo del Imperio Romano. En el fondo, el emperador Romano asimiló el Cristianismo y lo adapto a los templos de los viejos dioses romanos. Sustituyo los antiguos dioses Romanos con estatuas de santos y mártires. Al final se convirtió en lo mismo. Ahora tenemos miles de grupos religiosos en cada gran religión, ya sea  Cristianismo, Budismo, Hinduismo, Sintoísmo, Taoísmo, etc. porque se ha perdido la  percepción de la esencia; lo que une. Se han exaltado los intereses personales, los intereses  institucionales, olvidando la esencia de los grandes maestros.

 

En este momento, esa estructura conocida como familia, que fue creada como un lazo de unión y de respeto, se ha transformado en la sociedad actual en una costumbre mas que un lazo de corazón. Es frecuente que las uniones no sean de corazón, sino por miedo a estar solo, por intereses económicos, religiosos etc. Todas estas cosas  no sirven ya para el próximo milenio. Por mucho que dos personas estén juntas, si no se aman y no estén unidas, eso no es un amor verdadero. Por mucho que hayan firmado muchos papeles y hayan efectuado todos los ritos formales de las instituciones religiosas tradicionales; por mucho que una persona corresponda con las costumbres sociales y mantenga las apariencias, eso no es un amor verdadero  a los ojos de Dios. Dios solamente va a bendecir las uniones que se fundamenten en el amor. Cuando los seres humanos deciden separarse para seguir sus propios caminos, es porque existe una necesidad evolutiva en esos seres humanos. Deben bendecir el derecho de los seres humanos de crecer y evolucionar pues ese  es el sentido de la vida.

 

No se puede juzgar a la gente que se separa, llegando hasta el extremo de quererles excomulgar y negar su vinculación religiosa con las iglesias. A la vez,  nunca las instituciones religiosas han cumplido los mandamientos que han intentado imponer a sus seguidores. Podemos exceptuar un 20% de los curas que han sido fieles a esos principios. Sin embargo mas del 75% nunca ha cumplido ninguno de esos mandamientos a cabalidad. Al final, el matrimonio solo es una costumbre, un estatus, un rito sin corazón. Un rito para mantener una institución y un poder establecido por dogmas que no sirven para nada.

 

A través de los siglos, todos estos grupos han ido creando miedos para manipular a la gente y seguir teniendo el control sobre ellas. Les inculcan que es “malo” todo aquello que no corresponde con las normas, creando miedo y confusión, programando y bloqueando sus mentes. Los seres humanos se consideran seres malignos; ellos son pecadores porque no hacen lo que las normas les dicen. Así ellos van generando pensamientos autodestructivos que se transforman en  sufrimiento, enfermedad  etc. Por ejemplo, por un lado la iglesia dice que todo lo que tiene que ver con el sexo, la sexualidad, el divorcio, es pecado, pero por otro lado los medios de comunicación promueven todo eso, dando información y rompiendo todo los esquemas sociales. Entonces el ser humano entra en su interior en confusión y crisis al no ver claro y con sentido lo que esta haciendo. La confusión le lleva a sentimientos de remordimiento y culpa, a sentirse un ser maligno, cuando en el fondo lo que esta sintiendo es simplemente el impulso que el propio Ser Superior le esta indicando.

 

El núcleo de lo que se llama “familia carnal”, ya no esta cumpliendo su función. Ya no esta permitiendo que los seres humanos crezcan y evolucionen. Los seres humanos solo consideran que es su responsabilidad aquello que esta vinculado con su sangre. En un momento en que miles de seres humanos sufren pasando hambre, enfermedad, etc. ya no se puede considerar solamente tus hijos a aquellos que tú has engendrado, o tus hermanos sólo aquellos que están vinculados con tu sangre.

 

Cuando el ser humano se eleva espiritualmente, debe reconocerse hijo de Dios, parte de Dios, y a todos los demás seres humanos como hijos de Dios y por tanto, hermanos. Lo que en una época era bueno para la evolución de un pueblo, ahora obstaculiza el desarrollo evolutivo, la madurez espiritual y el despertar de las conciencias. En el próximo milenio debe regir, no una familia carnal, sino una “familia universal”. Deben regir, no las creencias, sino la comprensión de las leyes espirituales. Debe regir, no el egoísmo, sino la solidaridad y la fraternidad. Los seres humanos no deben vivir en núcleos tan grandes. Es imposible establecer una comunicación, y para eso deben vivir en núcleos pequeños y en contacto con la naturaleza donde vivan de forma autosuficiente y donde tengan mas tiempo para comunicarse, estudiar la filosofía de la vida, expresar las artes, pintar etc. Ahora todo el tiempo se ocupa en ver la televisión; simplemente se ocupa y no se “vive”. ¿Y su vida? y la felicidad? y el sentido por el cual están aquí?. En el fondo los deportes, la información y las películas que ven en la televisión son para manipular las masas. A través de las películas se quiere que las personas se sientan satisfechas al ver reflejado en la pantalla lo que ellos aspiran. Aspiran a vivir intensamente  la vida, pero como tienen miedo a realizarlo, les es más fácil con verlo reflejado en la película. Dios no quiere que los seres humanos vivan una vida de ilusión; quiere que vivan la vida intensamente; que realicen sus ideales y desarrollen sus potencialidades; que su vida no sea una película, sino el encuentro verdadero con otros seres.

 

 

“LA LIBERTAD DEL SER”

 

La libertad del ser humano era una de las lecciones y de las metas más importantes que los seres humanos tenían que aprender en la evolución del ciclo humano. Pero los intereses de poder, jerárquicos, militares, religiosos, y económicos que han sido en el curso de los siglos manipulados por las mentes de seres inferiores (o submundos o sea del bajo astral), han robado al ser humano su libertad.

 

En este momento que vivimos existe una lucha entre las fuerzas de la luz y las de la oscuridad. Las fuerzas de la luz quieren devolver al ser humano su libertad y el autentico sentido de todas las cosas. Las fuerzas de la oscuridad quieren ridiculizar, corromper, manipular, meter miedo y bloquear al ser humano para que no utilice su libertad y las fuerzas, que por derecho propio al ser hijo de Dios, le fueron concedidas en el momento del nacimiento. Tu felicidad esta en ti mismo; esta en tu capacidad de crecer, de amar, de ser libre, de comprender el sentido de la vida, de expresar tus fuerzas creadoras, de comunicarte con las demás personas, de sentir la belleza que te rodea, de sentir la energía de luz del mundo espiritual, de unirte con la Tierra, con el universo, con todos los seres que te rodean. En la situación actual el ser humano toma entre dos caminos: o se destruye a sí mismo o destruye la sociedad. Los que se destruyen a sí mismos son los que intentan evadirse mediante la droga, y los que están resentidos destruyen la sociedad y entran en la violencia. Todo ha sido generado por el mismo sistema.

 

Los propios sistemas económicos saben muy bien que para que se mantenga una sociedad del tipo que ellos quieren, donde el dinero sea lo que prevalezca como meta, tienen por un lado, que generar el miedo en los humanos a salirse del sistema a través de las instituciones religiosas y por otro lado generando deseos de consumo a través de los medios de comunicación. Para consumir utilizan al ser humano como objeto, al sexo como un objeto y estimulan todo aquello que simplemente busca el placer y  la mera emoción. O sea, la experiencia de peligro exagerada, las experiencias de excitación emocional a través del sexo, del riesgo, del miedo. El miedo a la sobrevivencia genera y bloquea las mentes y hace que muchas personas, ante la necesidad, se adapten al sistema y renuncien a sus ideales. Los ideales son es el destino espiritual del ser humano; un ideal es la vida que se vive en el mundo espiritual de aquí de la Tierra y es la vida que se vive en el mundo físico de las sociedades más avanzadas del universo.

 

 

 

“EL AMOR MÁS ALLÁ DE LA EMOCION

 

Los nuevos valores tienen que ser desarrollados en el próximo milenio. Uno de los valores que está más mal entendido y manipulado en la sociedad actual es la sexualidad y las relaciones amorosas. La sexualidad debe ser vista ahora como una forma de comunicación profunda. No como un placer, sino como una forma de expresión libre y natural, no sujeta a dogmas, ni a costumbres, ni preconceptos. Tiene que ser algo que surja naturalmente con la libertad del propio  ser humano; donde el ser humano comprende y sienta que eso es natural, que es bueno, que no es pecado, que no hay ningún sentimiento de culpabilidad.

 

La sexualidad tiene que ser la expresión propia del ser humano, no simplemente la búsqueda de otro ser humano como un objeto. La emoción no puede ser meramente esa percepción de los modelos y de las necesidades afectivas que el ser humano proyecta en los otros. Surge el enamoramiento pero se enamora porque tiene una necesidad afectiva y ha hecho una imagen de lo que socialmente se le ha enseñado que es la pareja ideal. Piensa y se emociona cuando consigue satisfacer y encontrar alguien que corresponde con sus deseos. La emoción es el primer paso. Si ese deseo se transforma en posesividad, se mata la esencia de la emoción; se transforma en un sentimiento de miedo. Del miedo vienen los celos, el apego, la posesividad, el apego a la materia, a las  personas, etc.

 

El amor es algo más que emoción en el encuentro con otro ser humano. Él aparece por varias razones. Una puede ser porque se conocen de otras vidas. Otra puede ser porque es una persona con la que existe algún tipo de afinidad. Y otra razón es, porque se encuentra en el otro(a) una percepción del deseo; de la proyección de tu deseo, de la búsqueda de lo que tú has creado como imagen de lo que deseas. Esto se conecta con la otra persona y se entra en sintonía con esa proyección de simpatía y surge la emoción.

 

El auténtico amor viene del conocimiento, de sentir a la otra persona como su complemento. Pero no como su complemento en el deseo, sino como su complemento en el crecimiento y la evolución de la vida según las verdaderas leyes de la vida y la evolución. El amor es conocimiento, comprensión, es la afinidad de los seres que se juntan para crecer en todos sus aspectos, ayudarse en su evolución, compartir su cariño y ayudar a otros seres humanos en su evolución. Ese es el amor que busca al otro ser como complemento, no como posesión; el amor que conoce al otro ser y lo acepta como es, lo ayuda desde esa comprensión y conocimiento a crecer y  deja que el otro le ayude también en su  crecimiento.

Existe el amor ideal como la programación del ideal más puro, más bello y más utópico del mundo espiritual. El amor que parte de la unión de los seres que han buscado y han integrado en su interior su Esencia Divina; aquellos seres que quieren plasmar los principios universales y eternos de ese  amor sin límites. Ese es el amor al que deben aspirar los seres que deseen participar en la nueva humanidad y que podrán experimentar a medida que vayan realizando su autotransformación.

 

 

 

“VIDA SANA SOLIDARIA”

 

No podemos continuar un tipo de relaciones humanas fundamentadas en el consumo y agotamiento de los recursos de la Tierra. Es necesario una sociedad, donde los seres humanos vivan en función de sus necesidades reales, no en función de sus necesidades superficiales. La moda no debe ser la que la sociedad les quiera imponer, sino una moda propia según sus necesidades y gustos. Los humanos deben comenzar a compartir sus recursos económicos, a vivir de forma más solidaria  y en espacios donde puedan compartir sus recursos para que sus gastos de sobrevivencia sean menores. Donde puedan buscar formas de autoproducción de cosas más sanas e  ir a tomar esas cosas más sanas de los lugares del campo donde todavía la tierra no está alterada en su composición con productos químicos. El ser humano debe consumir alimentos sin conservantes, colorantes  u otro tipo de manipulación industrializada porque en esa manipulación se pierde la vitalidad de muchos de los alimentos y productos. El ser humano precisa aprender a compartir sus recursos, ser solidario y ayudarse mutuamente en lo económico; eso es solidaridad practica.

 

Por otro lado el ser humano tiene la necesidad de compartir su cariño, su amor, sentirse amado. Sentirse amado no es solamente la cuestión de pareja. El ser humano necesita estar alrededor de un grupo de personas que le valoren, que le reconozcan, que le permitan ser el mismo y que dentro de ese reconocimiento de su propia identidad se pueda comunicar y pueda compartir sus sentimientos sin que nadie lo señale.

 

Precisamos una sociedad fundamentada en la comunicación desde el propio conocimiento, desde el propio respeto mutuo para el propio camino evolutivo de cada cual. Precisamos una sociedad donde se valore lo que es una auténtica ciencia, no meramente lo material. Los jóvenes salen de las escuelas con las creencias de la ciencia oficial que es meramente materialista. Las escuelas siembran como religión al materialismo puro. Siembra la competitividad  que reproduce el sistema económico y las creencias de una religión y una ciencia dogmáticas.

 

Los propios científicos se están dando cuenta  que no se puede decir que la  ciencia experimental sea totalmente objetiva. La barrera entre “objetividad y subjetividad” no es tan simple. En los próximos descubrimientos que van a suceder ahora en los próximos años, la propia ciencia va a romper esta barrera. La ciencia oficialista que corresponde a unos intereses económicos, no está dispuesta a romper sus criterios y siempre va a defender la postura de que “solamente lo que ellos poseen es demostrable y es eso lo que debe ser enseñado en las escuelas”.

 

En las escuelas de su sociedad se crean clases sociales, no se educa a los jóvenes, ni se da el fundamento de lo que es una auténtica ciencia espiritual universal de “integración”. No se enseña  una auténtica ciencia “holística” que una todo. A los jóvenes se les enseña división, separación, a ser competitivos, a no ayudarse, solamente prevalece la nota, el más inteligente, el mejor. Lo que es la nota en la escuela, es el dinero en la sociedad. Lo que significa el primer puesto en el status del niño, es el primer puesto en la posición económica para el adulto.

 

En cuanto a los conceptos religiosos o creencias, la sociedad actual mantiene rituales que no corresponden ya con su esencia. Fueron verdaderos cuando se realizaban en núcleos pequeños comunitarios y las personas sí se comunicaban. Ahora se juntan cientos y miles de personas y repiten de forma mecánica rituales que nadie siente ni vive. Cuando salen de la puerta de la iglesia, nadie los practica porque siguen con sus intereses y sus preocupaciones. Sólo utilizan esos rituales como consuelo de sus penas, de sus sufrimientos, de sus injusticias. Se sienten justificados  cuando van y el cura les perdona, y al día siguiente tienen el derecho a continuar haciendo lo mismo porque después volverá a perdonarle nuevamente. En  la justicia divina, el perdón nace de tu interior y del respeto y la justicia al otro. Justicia con el otro significa hacer a los demás lo que te gustaría que te hicieran a ti. Precisamos una religión que sea una “ciencia espiritual”. Es decir, que sea la ciencia de la naturaleza, la ciencia del espíritu, la ciencia del hombre, la ciencia de la materia. No una cosa separada sino una integración de todo.